La transmisión de VIH materno-infantil es una situación altamente prevenible con las herramientas disponibles actualmente, sobre todo, el tratamiento antirretroviral. Es por esto que diversas asociaciones médicas de España acaban de renovar su consenso de recomendaciones para evitar la transmisión del virus por esta vía.
Como lo informa el Instituto Español de Formadores en Salud, cuatro asociaciones médicas especialistas en el tema actualizaron el “Documento de consenso para el seguimiento de la infección por VIH en relación con la reproducción, embarazo, parto y profilaxis de la transmisión vertical del niño expuesto”.
Estas recomendaciones actualizadas reemplazan a las publicadas en 2018. Están dirigidas a las y los profesionales de la salud que atienden a mujeres embarazadas o que desean quedar embarazadas, y a sus bebés.
El objetivo principal es que todas las mujeres conozcan su estatus de VIH antes del embarazo y, si viven con el virus, puedan llegar al parto con una carga viral indetectable, es decir, con el VIH totalmente bajo control.
Tamizaje universal para frenar el VIH materno-infantil
La renovada guía subraya la importancia de realizar pruebas de VIH a todas las mujeres en el primer y tercer trimestre del embarazo, sin importar sus prácticas de riesgo. También se recomienda evaluar a sus parejas hombres como posibles transmisores.
La detección temprana del VIH en mujeres embarazadas es crucial para prevenir la transmisión del VIH materno-infantil. Esto se logrará a través del tratamiento antirretroviral, un control médico adecuado y la comunicación de información correcta por parte del personal de salud.
En comparación con la versión de 2018, se ha incorporado el concepto de “indetectable=intransmisible”. Esto significa que, cuando una persona tiene una carga viral indetectable, no puede transmitir el VIH a otra a través de las relaciones sexuales.
De esta forma, se puede priorizar la concepción natural en mujeres con carga viral indetectable o en parejas de hombres con carga viral indetectable, en lugar de recurrir a técnicas más complejas y costosas. Además, se favorece el parto natural en la mayoría de las mujeres que viven con VIH.
Puerta abierta a la lactancia
La guía también abre la posibilidad de la lactancia natural en circunstancias especiales, aunque aún no se recomienda como opción preferente debido a que no se ha eliminado completamente el riesgo de transmisión de VIH materno-infantil.
En este aspecto, cada caso debe ser evaluado individualmente, y la comunidad médica manifiesta su compromiso para desarrollar guías específicas que ayuden a las mujeres y al personal de salud a llevar a cabo esta práctica con la mayor seguridad para los bebés.
En cuanto al tratamiento antirretroviral, la actualización del documento se basa en información de estudios recientes que han demostrado que no hay mayor riesgo de malformaciones congénitas en mujeres que toman el fármaco dolutegravir.
Los regímenes de tratamiento antirretroviral que incluyen dolutegravir y tenofovir alefenamida son más efectivos y seguros tanto para la madre como para el feto y el recién nacido que los regímenes usados anteriormente.
El VIH materno-infantil en el mundo
De acuerdo con el Programa Conjunto de las Naciones Unidas sobre el VIH/sida (ONUSIDA), el riesgo de que una mujer que vive con el VIH le transmita el virus a su bebé puede reducirse a un 5% o menos si recibe tratamiento antirretroviral eficaz durante el embarazo, el parto y la lactancia.
La prevención de nuevos casos de VIH entre las mujeres en edad de tener hijos, junto con el acceso temprano a la atención prenatal y a las pruebas del VIH son aspectos fundamentales de la estrategia de ONUSIDA que busca una generación libre de este problema de salud.
El diagnóstico temprano en los bebés es esencial para identificar su estatus de VIH y para mejorar las intervenciones de prevención y de tratamiento, ya que la máxima mortalidad entre los niños que diagnosticados con VIH se da entre las seis semanas y los cuatro meses de vida.
El organismo subraya que los resultados de las pruebas rápidas y la vinculación inmediata a la atención en salud y al tratamiento son prometedores, por lo que confía en alcanzar su meta de prevenir la transmisión materno-infantil del VIH.
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