En cualquier problema de salud, la correcta adherencia al tratamiento es un reto difícil de cumplir. Ya sea porque es tedioso repetir por muchos días la toma de un medicamento o simplemente porque ya nos sentimos mejor, cumplir en su totalidad con una prescripción es algo que no siempre sucede.
El concepto de adherencia (o apego) al tratamiento se refiere a cumplir, en tiempo y forma, con todas las dosis de medicamento que ha indicado el médico. Hay que recordar que la dosis, frecuencia y duración del tratamiento se prescribe por una razón, y que si te sientes mejor antes de que termine esa duración es una buena señal de que el tratamiento está funcionando, pero no tiene nada que ver con que puedas terminarlo anticipadamente.
Adherencia en el VIH
Para el caso de los antirretrovirales, es decir, los medicamentos que controlan la infección por VIH, la buena adherencia es especialmente importante.
Cada medicamento tiene una vida media dentro del organismo, es decir, un tiempo determinado después del cual su concentración en el cuerpo comienza a disminuir, y es cuando se requiere tomar otra dosis. Un tratamiento efectivo contra el VIH requiere que haya cierta concentración de medicamento en el organismo, la cual debe ser sostenida en el tiempo para poder seguir cumpliendo su función.
Si el nivel de concentración de un fármaco baja lo suficiente, el VIH se sale de control y vuelve a replicarse, atacando nuevas células del sistema inmunológico, que es su objetivo dentro del cuerpo.
Por otro lado, dejar de suministrar la dosis constante de medicamento también podría abrir la puerta a que el VIH experimente una mutación y encuentre la forma de evadir la acción de ese medicamento, es decir, que se vuelva resistente a ese medicamento.
Es por esto que es tan importante que las personas con VIH tengan una correcta adherencia a su tratamiento, ya que de no hacerlo le brindan espacio suficiente al virus para que continúe afectando al organismo. Esto puede acarrear consecuencias graves como enfermedades oportunistas (que aprovechan la debilidad del sistema inmunológico), el desarrollo de sida e incluso la muerte.
Nivel de adherencia
Mientras que en otros tratamientos médicos una adherencia del 70 u 80% de las dosis prescritas es suficiente para tener el efecto deseado, no sucede lo mismo con el VIH.
De acuerdo con algunos estudios, el grado de adherencia para obtener el mayor beneficio del tratamiento antirretroviral debe ser mayor al 95% de las dosis, es decir, una persona debe tomar casi todas sus dosis, con las indicaciones especiales de tiempo y relación con los alimentos, para que su tratamiento se mantenga efectivo.
Alterar (o “ajustar”) las dosis, omitir algunas o no cumplir con la periodicidad establecida por el médico abren la puerta a la falla terapéutica, esto es, a que el esquema de tratamiento que se indicó no cumpla con su función de detener al VIH.
Retos del mundo real
Pero en el mundo real, las personas que viven con VIH se encuentran con diversos obstáculos para mantener una correcta adherencia. Uno de ellos es el cansancio por el tratamiento, ya que los antirretrovirales son medicamentos que deben tomarse de por vida, y para muchas personas es difícil mantener un hábito como este todo el tiempo.
Además, hay importantes factores que no dependen de la persona con VIH. El desabasto de medicamentos es un problema que afecta a países de todo el mundo, por lo que las personas no reciben a tiempo la dotación de medicamentos que debe tomar, por ejemplo, durante dos meses.
Otros importantes obstáculos sociales y económicos son:
- La pobreza: Muchas personas con VIH no tienen los recursos suficientes para desplazarse desde su lugar de origen hasta el centro de salud donde reciben el medicamento.
- La migración: Es un hecho que algunas personas se trasladan de un lugar a otro por diferentes motivos, y es difícil continuar con su atención en VIH durante su trayecto.
- El estigma y la discriminación: En muchos lugares del mundo, vivir con VIH todavía es motivo de señalamientos, malos tratos y rechazo. Hay quienes, para evitar esta discriminación, evaden acudir por su tratamiento a centros de salud donde saben que podrían ser vistos, o dejan de tomar los medicamentos para no hacer evidente su condición de salud.
El apego salva vidas
Ya sean factores externos o internos, las personas con VIH deberían tratar de mantener una correcta adherencia utilizando las herramientas que tengan disponibles para superar los obstáculos que encuentran en su camino.
El precio de no hacerlo es muy alto, y se compone no sólo de la salud, sino de la propia vida.
Si tú o alguien que conoces necesita comenzar su tratamiento antirretroviral o retomarlo después de haberlo suspendido, en AHF República Dominicana podemos ayudar. Acércate a nuestros centros y conoce nuestros servicios."