Se nos dice que hay que evitar las fricciones a toda costa. Y es bastante cierto para disfrutar del sexo anal sin miedo, ni molestias. Puro placer.
Si estás al punto para iniciarte en el sexo anal, pero te ha detenido el miedo al dolor, relájate. A muchas personas les pasa lo mismo. La buena noticia es que no tiene por qué doler. Sí, leíste bien. Con la información correcta y algunos truquitos, la experiencia puede ser placentera y sin sufrimiento.
El enemigo del placer: la fricción
El dolor en el sexo anal casi siempre se debe a una cosa: fricción. A diferencia de la vagina, el ano no lubrica de forma natural. Eso significa que si intentas hacerlo sin preparación, la sensación puede ser estresante y dolorosa. Nadie quiere eso.
Pero hay solución. Y relajarse, en este punto no es una recomendación ligera. Es indispensable. El lubricante es tu mejor amigo. Y no cualquiera, sino los de base acuosa o de silicona. Evita los aceites, porque pueden dañar el condón y aumentar el riesgo de infecciones.
Relajación: la clave del éxito
Otro secreto para un sexo anal sin dolor es estar relajado. Si estás tenso, los músculos del ano se contraen y hacen que la penetración sea más difícil (y más dolorosa). La clave es ir poco a poco. Empieza con caricias, usa los dedos, explora con juguetes pequeños y deja que el cuerpo se acostumbre.
La comunicación también es clave. Si algo no se siente bien, haz una pausa y ajusta el ritmo. Des-pa-ci-to… No hay prisa.
Cuida tu trasero: evita fisuras y molestias
Si forzas las cosas o lo intentas sin preparación, podrías terminar con una fisura anal, una pequeña herida que puede doler mucho cuando vas al baño.
Para evitarlo:
- Usa lubricante (sí, lo repetimos porque es IMPORTANTÍSIMO).
- Ve despacio. Si sientes dolor, para.
- Hidrata y cuida la zona. Usa cremas regeneradoras si sientes molestias después.
Seguridad primero: protección siempre
El sexo anal tiene un riesgo mayor de transmisión de infecciones de transmisión sexual (ITS), como el VIH. Tiene relación directa con las minifisuras que pueden ocurrir al contacto, dejando una puerta abierta a la entrada de virus o bacterias. Pero, usando condón, reduces muchísimo ese riesgo. Además, el condón evita que las bacterias del ano terminen en lugares donde no deberían estar.
¿Consejo extra? Usa un nuevo condón si cambias de penetración anal a vaginal u oral.
Disfrutar sin miedo ni dolor es posible
El sexo anal puede ser una experiencia increíble, siempre que se haga con los cuidados adecuados. Relájate, usa lubricante, ve despacio, a tu ritmo, y protege tu salud. Y si tienes dudas, no te quedes con ellas.
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