¿Qué características podrían indicarte si alguien tiene VIH? ¿Tal vez la coloración de la piel, algo en la mirada, una complexión delgada o alguna lesión en los genitales? Muchas personas están seguras de que pueden darse cuenta de si alguien tiene o no el virus con sólo mirar.
La realidad es que el VIH puede actuar sigilosamente durante años, por lo que la vieja idea de que alguien con VIH es una persona demacrada que no puede levantarse de la cama no es más que un mito.
Desgraciadamente, esta imagen surgió en la década de los ochenta, en los primeros años de la epidemia cuando no se conocía ningún tratamiento para contenerla. Esto provocaba que las personas llegaran a la etapa de sida muy pronto, y su salud se deterioraba tanto que en pocos meses fallecían.
Entonces, ¿VIH y sida no son lo mismo?
Primero, en 1981, se identificaron los primeros casos del síndrome de inmunodeficiencia adquirida, o sida, que se refiere a un conjunto de enfermedades y síntomas que aparecen cuando el sistema inmunológico (el sistema de defensa del cuerpo) no trabaja adecuadamente. A partir de ese hallazgo, los científicos comenzaron a investigar qué lo causaba.
Fue así como, en 1983, los franceses Luc Montagnier y Francoise Barré-Sinoussi lograron aislar al que llamaron virus de la inmunodeficiencia humana, o VIH, y señalar sin lugar a dudas que éste es la causa del sida.
Es decir, el VIH y el sida no son lo mismo: el VIH es el virus que causa el sida. Pero es importante saber que hasta el momento se han creado decenas de medicamentos que, combinados en grupos de tres o de cuatro, son capaces de controlar al VIH para que una persona nunca llegue a desarrollar sida.
¿Y qué pasa con los síntomas?
Cuando el VIH ingresa al cuerpo por una de las vías de transmisión, como un contacto sexual o usar el mismo equipo de inyección que otra persona, comienza a replicarse rápidamente. Para hacerlo, invade a un tipo de células del sistema inmunológico, llamadas CD4. Al mezclar su propio material genético con el de la célula, el VIH consigue crear cientos de réplicas de sí mismo, las cuales destruyen al CD4 y viajan por la sangre, infectando a más CD4, y así sucesivamente.
A esta multiplicación rápida del virus se le llama infección aguda, y es un momento en el que podrían presentarse algunas molestias, sin embargo, éstas pueden confundirse muy fácilmente con otros padecimientos.
La fiebre, los escalofríos, el dolor muscular, el dolor de garganta, el cansancio o algunos ganglios linfáticos inflamados son síntomas que pueden aparecer cuando alguien acaba de adquirir el VIH, pero también podrían presentarse con muchos otros problemas de salud, como el COVID-19, la influenza, la salmonelosis o el dengue, por mencionar sólo algunos.
Esto significa que los posibles síntomas no son exclusivos ni específicos del VIH, además de que no se presentan todos ni aparecen en todas las personas. A esto se suma el hecho de que el propio temor de la infección podría perfectamente sugestionarte para sentir estos síntomas.
Una vez que transcurren algunas semanas, el VIH actúa en silencio. Ahí empieza la etapa de infección crónica, que es cuando la replicación del virus llega a un nivel constante, acabando una a una con las células CD4. Este proceso, por lo general, toma años. En muchos casos, pueden pasar hasta 10 años de la infección antes de que se desarrolle el sida, y entonces sí, haya problemas de salud muy visibles e identificables.
El sida incluye condiciones que, si el sistema inmunológico estuviera sano, no se presentarían juntas. Entre ellas se encuentran pérdida rápida de peso; fiebre, diarreas o sudores nocturnos que no se quitan; candidiasis en la boca (también conocida como algodoncillo); bultos o lesiones en la piel (como un cáncer llamado sarcoma de Kaposi), neumonía causada por la bacteria Pneumocystis Jiroveci; tuberculosis; citomegalovirus (que ataca principalmente a los ojos), y otras.
Cuídate y hazte la prueba
Para evitar la angustiosa duda de si adquiriste o no el VIH, la mejor precaución que puedes tomar en tu vida sexual es usar condón en todas tus relaciones. Si tuviste contacto sexual y no usaste el preservativo, no importa si esa persona “parecía sana”, es recomendable que te hagas una prueba de detección del VIH.
Recuerda que deben pasar 3 meses desde la situación en la que estuviste en riesgo para que la prueba dé un resultado confiable. Esto es porque las pruebas más comunes no detectan el VIH en sí mismo, sino los anticuerpos que el organismo ha fabricado para combatirlo.
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