Y tú, ¿qué tan bien conoces tu vulva?

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Sheila

Hay partes de tu cuerpo que puedes mirar todos los días: el rostro, el cuello, las manos, los pies, la barriga. Pero ¿cuántas veces has mirado tu vulva? Hay mujeres que nunca en su vida la han visto, pues ha pesado más el estigma de que es una zona que debe permanecer oculta, ¡incluso para sus dueñas!

Conocer tu vulva es importante por muchas razones. Una de ellas es el aspecto sexual, pues al familiarizarte con sus partes y su sensibilidad puedes identificar mejor lo que es placentero para ti. Otro motivo fundamental es cuidar de tu salud; saber cuál es la forma, la textura y el color de tus genitales hará más fácil el darte cuenta cuando haya algo raro, y así puedas buscar ayuda médica.

Pero ¿qué es la vulva?

Con frecuencia se usa la palabra “vagina” para designar a todo aquello que está entre las piernas, pero esto no es correcto. En realidad, la vagina es el canal que va desde el cuello del útero hasta el exterior del cuerpo.

La vulva, en cambio, es el conjunto de órganos externos que dan paso a la vagina, es decir, los labios mayores, los labios menores, el orificio de la uretra (por donde sale la orina) y el clítoris. La parte más externa de la vulva está cubierta de vello, mientras que la vagina tiene un tejido mucoso.

Hora de conocer a tu vulva

Como decíamos, la razón por la que muchas mujeres no han mirado nunca su vulva es porque, culturalmente, se consideraba “pecaminoso” o “reprobable” que lo hicieran. Además, a diferencia de los hombres cis o personas con pene, que pueden conocer bien sus genitales con sólo mirar hacia abajo, para observar una vulva se requieren acciones mucho más intencionadas.

Así, para conocer esa zona de tu cuerpo necesitarás un espejo de mano e instalarte en una habitación tranquila y bien iluminada. Si quieres puedes usar la linterna de tu celular. Lo más cómodo es recostarte, separar las piernas y flexionarlas. Es importante que te laves las manos antes de comenzar para evitar llevar microorganismos dañinos hacia esa área.

Para poder ver todos sus componentes, deberás separar los labios mayores suavemente con tus dedos. Por lo regular, el color en el interior es algún tono de rosado, la textura es húmeda y algo rugosa. Observa los pliegues que forman los labios mayores y menores, esa es un área que deberías limpiar con especial cuidado cuando te bañes. Pasa tus dedos con delicadeza usando un jabón suave (el que utilices para lavar esas áreas) y enjuaga muy bien después. Al salir, seca cuidadosamente con una toalla limpia para no dejar más humedad de la necesaria.

El delicado equilibrio

La vagina bacterias “buenas” y microorganismos que viven ahí de forma natural, en un perfecto equilibrio. Con el fin de conservar la humedad de la zona, se produce un flujo que puede ser desde transparente hasta blanquecino, y que puede variar según la etapa del ciclo menstrual en la que te encuentres. Además, dadas las condiciones de humedad, calor y oscuridad en las que se suele encontrar la vulva, es normal que tenga un olor distinto al del resto del cuerpo.

Pero cuando el equilibrio se altera, surgen síntomas y molestias que indican que algo no anda bien, por ejemplo, flujo distinto del normal, comezón o irritación. Tales síntomas podrían ser provocados por la proliferación del hongo cándida albicans, un organismo que habita normalmente en la vagina, pero que al aumentar su cantidad altera la armonía.

Para conocer bien tu vulva es importante que la observes periódicamente, de preferencia, en distintos momentos de tu ciclo menstrual, así podrás familiarizarte lo suficiente como para darte cuenta cuando algo es inusual.

Pon atención a los cambios

En los labios mayores podrían surgir verrugas que crecen en forma de racimo o en forma de discos aplanados, puede tratarse de una infección por virus del papiloma humano (VPH), que se transmite principalmente por el contacto sexual.

Otras infecciones sexualmente transmitidas, como la gonorrea, la clamidia, la sífilis, el herpes y la tricomoniasis provocan otros cambios que es importante detectar pronto para poder recibir el tratamiento adecuado. Es así que es muy probable que tengas una de ellas si observas:

  • Flujo vaginal color amarillo, verde o blanco muy pastoso (con o sin olor desagradable)
  • Llagas, ronchas o ampollas
  • Picazón alrededor de la vagina
  • Ardor al orinar
  • Sangrado que no es la menstruación o tras las relaciones sexuales

Conócete bien para cuidarte mejor

Ahora ya lo sabes, cuidar tu vulva es conocerla como la palma de tu mano. Por supuesto, también puedes prevenir las infecciones de transmisión sexual usando condón en todas tus relaciones sexuales. Si quieres obtenerlos gratis o hacerte una prueba de VIH sin costo, ven a AHF República Dominicana, aquí los tenemos para ti. Solo acércate a nuestras oficinas o escríbenos por Whatsapp y haz una cita ya.