Las fiestas de fin de año vienen llenas de celebraciones, reencuentros y algunas emociones intensas. Entre regalos y una agitada vida social, es fácil olvidarse de algo muy importante: el amor propio. Este concepto no sólo implica cuidar de tu autoestima, sino también atender tu salud sexual y emocional, aspectos fundamentales para cerrar el año de forma positiva.
El amor propio también es placer
El amor propio comienza con el autoconocimiento, y en el ámbito sexual esto es fundamental. La autoexploración te permite conocer lo que realmente te gusta (y no sólo dejarte llevar por lo que el contenido tres equis dice que te tiene que gustar), además de que directamente cumple la función de brindarte placer de una forma segura, íntima y sin el riesgo, por ejemplo, de infecciones de transmisión sexual (ITS).
Este fin de año también es una oportunidad para derribar uno de los prejuicios que giran en torno a la autoexploración. Ahora que ya quedaron atrás las ideas de que si te tocas perderás la vista o la mano se te llenará de pelos, existen otro tipo de ideas equivocadas.
Por ejemplo, se cree que la masturbación es una práctica a la que recurres cuando no tienes pareja, es decir, mientras consigues una. Esto no es así. Tocarte, conocerte y disfrutar en solitario no es una actividad con la que te “conformas” en la soltería, puede ser una práctica muy consciente y con mucho propósito: el del amor propio en su expresión sexual.
El amor propio te ayuda a poner límites
Muchas veces es difícil aprender a decir “no”. Sobre todo en nuestra cultura, se considera grosero negarte a hacer algo que alguien más te pide, llámese familiares, amistades o parejas. Por eso lo evitamos lo más posible: para no ofender a los demás, para no perder el amor que nos puedan tener.
Sin embargo, cuando aprendes a conocerte y, sobre todo, a valorarte, poner límites se va volviendo más sencillo. Y en la vida sexual, los límites son esenciales. Mientras más conciencia de autocuidado tengas, más claro te quedará cuando necesitas poner un alto. Por ejemplo, en caso de que una pareja te pida no usar condón como prueba de “confianza”.
Es normal que, en ese escenario, sientas temor de cómo tu pareja pueda reaccionar si le dices “no”, pero ten presente que el amor y el respeto no deben estar condicionados a tu obediencia. No necesitas explicar que amas a esa persona y que confías en ella, sino que puedes dejar claras tus razones para usar el condón: te preocupa tu salud sexual y quieres disfrutar de la intimidad sin preocupaciones.
Tu estado emocional también merece cuidados
Los límites forman parte de otro ámbito importante: la salud mental. Las fiestas de fin de año pueden traer emociones intensas para algunas personas, y a veces la tristeza o la melancolía pueden llevarte a tomar decisiones que, en el fondo, son autodestructivas. Alcoholizarte, consumir sustancias o involucrarte en prácticas sexuales de riesgo (como el sexo sin condón) podría parecer fácil en medio del ambiente festivo, pero lo más probable es que no traigan un final feliz.
Si sabes que eres particularmente vulnerable durante las fiestas decembrinas, busca apoyo terapéutico o acércate a amigos que puedan comprender tu situación. Antes de lanzarte por impulso a los excesos, detente a pensar qué te está empujando a ello, y más importante, pregúntate cómo te sentirás una vez que pasen esos instantes de euforia.
En el ámbito emocional, los festejos de fin de año pueden ser especialmente difíciles para algunas personas de la diversidad sexual (LGBTQ). En América Latina, donde la unión familiar es un elemento central en estas fechas, puede ser duro saberse lejos de la familia, más cuando la razón de esa distancia es el rechazo por tu orientación sexual o tu identidad de género. Si este es tu caso, busca crear tus propias tradiciones con amistades que se conviertan en tu familia elegida. Celebra quién eres y rodéate de espacios seguros donde puedas expresarte libremente.
Regálate amor propio
El fin de año es un gran momento para reflexionar sobre cómo puedes integrar el autocuidado en tu vida cotidiana, sobre todo en lo que se refiere a la salud sexual. Identifica tus intereses, tus necesidades y lo que te hace verdaderamente feliz, y centra tus decisiones en ello.
También, busca espacios médicos donde puedas expresar y resolver tus dudas sobre sexualidad. Incorpora el condón a tu vida sexual o hazte pruebas de ITS regularmente, de forma que puedas identificar cualquier problema y solucionarlo.
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